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domingo, 18 de enero de 2009

Juicios parciales

Juicios parciales
Generalmente hacemos juicios sobre casi todo lo que ocurre a los demás: la familia, los vecinos, la ciudad, las noticias. No paramos de juzgar, como si fuéramos perfectos. Este exceso justiciero se puede volver contra nosotros mismos porque podemos actuar según lo que hemos podido criticar duramente hace un tiempo. ¿Quién está libre de error? Dice el refrán castellano: vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. Es más, según algunos sabios, como Antonio Blay, lo que más criticamos, lo que más rabia nos da suele indicar un rasgo de nuestro inconsciente que queremos quitar, pero nos equivocamos de objetivo.
Y solemos juzgar sin imparcialidad y sin suficiente conocimiento de causa, según lo que nuestra educación, nuestros allegados y los medios de comunicación han decidido que pensemos y opinemos. Llama la atención el caso de la actual guerra en Israel. Los misiles de Hamás, pagados por Irán, matan a civiles en territorio israelí. Los misiles de Israel matan a soldados y civiles, que están junto a ellos, en un territorio autónomo de Israel que quiere independizarse a lo bestia. La capacidad mortífera del ejército de Israel es mayor y mueren más palestinos. Muchos medios de comunicación van con estos. Han apostado por unos sin tener en cuenta que la balanza del odio está más cargada en este lado “débil” y fanático.
Lo que enriquece al ser humano es ver lo positivo de los demás, la forma de superar los errores. Hace falta educar en una mente abierta que busque la unidad, no la división. Hay que superar muchos prejuicios y elevar el sentido crítico propio y de nuestros alumnos.

domingo, 11 de enero de 2009

El valor de la Paz

Valoribus
Fundación para una Educación en Valores
Alfonso Alcalde
El valor de la paz
Generalmente entendemos que se pierde la paz cuando hay una guerra o, como ahora lo llaman los medios de comunicación, un conflicto armado. Es lo que ahora ocurre en Israel. Sin embargo, esto es sólo la punta del “iceberg” de la violencia. En realidad, la paz no se tiene hasta que no estamos en paz y tranquilos; hasta que no nos molesta la violencia de cualquier tipo, hasta que no rechazamos y perseguimos el acoso y los insultos en los centros educativos, en el trabajo, en la calle, en las casas; hasta que no nos agradan las películas y videojuegos “de acción” donde la diversión consiste en ver morir y sufrir a los personajes. La paz es un valor a conquistar. Aún en países sin guerra, la paz verdadera es un bien escaso. Nuestra sociedad ha elevado el nivel de tolerancia de la violencia y la intranquilidad. Parece como si fuera inevitable. Y esto no es verdad. La paz se aprende y se conquista.
No podemos enseñar el valor de la paz sin vivirlo nosotros mismos. Podemos tener claras la idea de la paz; pero podemos no llevarlas a la práctica. Si tenemos estrés, si gritamos con alguna frecuencia, si insultamos, si golpeamos, no tenemos paz, no podemos educar en ella. Si consentimos los golpes, los insultos, los gritos sin hacer nada, no enseñamos con el ejemplo. Si sabemos que alguno de nuestros alumnos o de nuestros hijos o de nuestros compañeros tiene un problema de acoso y echamos la mirada a otro lado, como en ese colegio privado de Madrid, estamos alimentando al maltratador endiosado por la camarilla de turno. “Qué blando es ese niño”, piensan algunos. “Qué cobarde eres”, pienso yo de estos.
En Diario Jaén, 9 de enero de 2009

jueves, 8 de enero de 2009

I Jornadas Andaluzas para una Educación en Valores

Los días 25 y 26 de octubre de 2007 la Fundación para una Educación en Valores hemos reunido a especialistas de la educación de Andalucía, Madrid, Barcelona y Alicante. Nos han hecho reflexionar y ver con claridad la realidad de la educación y sus horizontes ilusionantes. Hemos dialogado y nos hemos enriquecido durante estos dos días.
La escuela como institución social debe luchar por su innovación y mejora. Ahora tiene la oportunidad de reivindicar sus nuevas propuestas. Hemos propuesto los valores en las TIC, el avance hacia un pensamiento racional “fuerte”, la importancia de la interculturalidad. Tal y como dice Juan José Tamayo, podemos educar en valores interculturales desde la perspectiva de género.
La educación en valores, entendida desde un sentido vital de mejora del ser humano, es una dimensión fundamental. Siempre ha estado presente y ahora es importante aprovechar y aplicar a todos los ámbitos y contenidos educativos. Podemos educar desde la parte emocional y más humana. Caminamos hacia una sociedad educadora. La ética es una responsabilidad y es un reto de todos, profesores, padres, alumnos, medios de comunicación, políticos. Con creatividad y sabiduría podemos solucionar muchos de los problemas de convivencia de la escuela, que son reflejo de la crisis social que vivimos.
Con estas ideas especiales e innovadoras, nuestra fundación ha empezado a despertar interés en la sociedad jaenés y en la comunidad educadora de aquí y de fuera. Han surgido proyectos de colaboración con organizaciones educativas españolas e internacionales. Nuestra fundación pertenece ahora al Portal Innova, a la Red iberoamericana Crear mundos y a una recién creada Red internacional de Educación en Valores. Gracias a estas colaboraciones y a otras futuras, nuestra fundación puede acercar a Jaén la vanguardia pedagógica.