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domingo, 21 de febrero de 2010

Taller sobre la esfera de valores


El martes 23 de febrero, a las 5 de la tarde en la Sala de Juntas del Edificio D1 de del Campus Universitario, tenemos el 4º taller de este I Ciclo de Talleres, dirigido por el profesor Javier Valle, que es Vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. El taller nos hará reflexionar y trabajar sobre el conjunto de valores fundamentales para la humanidad que merece la pena enseñar. Con estos valores podemos crear un sistema concebido de forma esférica, que es armónica, en lugar de la típica escala, que es jerárquica y discriminatoria. Un mecanismo que puede ayudar a implantar esta esfera de valores en los centros educativos es, según nuestra propuesta, el Observatorio de Valores. Trabajaremos sobre su implantación en un equipo docente.

jueves, 4 de febrero de 2010

Valores trastocados


Quiero extractar aquí una oración de apertura en el Senado de Kansas, realizada por el religioso Joe Wrigh. Es políticamente incorrecta.
“Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores. Hemos explotado al pobre y hemos llamado a eso “suerte”. Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado “ayuda social”. Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado “desarrollar su autoestima”. Hemos abusado del poder y hemos llamado a eso: “política”. Hemos matado a nuestros hijos que aun no han nacido y lo hemos llamado “libre elección”. Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado tener ambición. “
¡Qué difícil es hablar hoy con claridad! Generalmente se habla con temor a fastidiar a los poderosos o a ir contra unos intereses creados. Nos hemos dedicado a usar continuamente eufemismos, que enmascaran la realidad y hasta nos hacen creer que vivimos en los mundos de Yupi. Y lo peor es que educamos a nuestros hijos en esa creencia.
Sin embargo, no les hablamos de que algunas empresas se hacen ricas mientras que explotan a niños y mayores en los países empobrecidos. Apenas ponemos límites a las peticiones de nuestros hijos “malcriados”. No les dejamos claro que los políticos abusan de su poder y tienden a ser demagogos. No les enseñamos el valor sagrado de la vida y les dejamos creer que ellos son inmortales. No les educamos en la austeridad ni en la valoración justa de los bienes. Se cansan pronto de sus cosas y ambicionan más. Los estamos condenando a la lujuria etimológica, a la soberbia, al aborregamiento, al suicidio de la especie, al vacío.