La Fundación para una Educación en Valores defiende la necesidad de educar de una manera realmente significativa en valores. La escuela vive una crisis que consideramos en el sentido positivo de cambio y de oportunidad. En bastantes aulas y bastantes casas, niños y adolescentes muestran una rebeldía contra las normas, contra los valores tradicionales. Los docentes y los padres viven estas situaciones desconcertados.
Sabemos que la educación en valores es la solución. Con todo, es un tema ambiguo, confuso y hasta polémico. Piénsese que es parte de la famosa asignatura Educación para la ciudadanía. Sin embargo, el componente cultural, moral y, de alguna manera, parcial de los valores se puede superar incorporándoles la ética y la universalidad. Los valores nos mueven en el mundo de las creencias personales y sociales, la ética en las actitudes vitales y la universalidad en la necesidad de una perspectiva planetaria que supere las limitaciones del relativismo y de la parcialidad cultural. Existe un movimiento mundial en el campo de la ética para un acuerdo de mínimos, con los cuales aceptemos que todos los hombres llegamos a ser más con su práctica. Enseñamos para que el ser humano sea más. Desde este punto de vista, preferimos hablar de educar en virtudes.